ELENA CASERO
Ed Talentura, 2014
Para los lectores que disfrutaron con
“Tribulaciones de un sicario” (Policarbonados, 2009), será una buena noticia
saber que el protagonista, Anselmo de la Rua, vuelve de nuevo a la palestra,
unos años más mayor, para protagonizar, junto a Doña Celia, su pareja de hecho,
una historia de intrigas y melodramas rurales, en un imaginario pueblito,
Losantes, donde nunca pasaba nada…hasta “La Dama Verde” se instaló allí.
La narración recrea el ambiente de un
pueblo muy pequeño, donde casi todos son parientes en algún grado, y donde las
rencillas y enemistades se acumulan durante años, los rumores y los cotilleos
circulan con rapidez y el aburrimiento es el caldo de cultivo de sórdidos
rencores. Ante la doble novedad del regreso de un miembro de la comunidad y la
apertura de un lugar de esparcimiento nocturno de dudosa moralidad (“La Dama
Verde”), regentado por el hijo pródigo del pueblo, se crea un revuelo general,
tanto entre los miembros masculinos como –aunque por razones opuestas- los femeninos.
El desfile de personajes es notoriamente
hilarante, presentados con la mirada socarrona y divertida de Elena Casero. La
elección de nombres está muy cuidada: Elpidio, doña Presencia, Katia, Boris,
Don Abundio, Prudencio, Leoncio, “la puta ilustrada”… Una estancia veraniega en
un pueblo supuestamente aburrido, que resulta ser de lo más entretenido. El
personaje de doña Presencia, la tía de doña Celia, es delirante: una ancianita
nonagenaria que parece revivir, recargando pilas con la llegada de los
problemas,… sobre todo, por el café con
leche tomado en “La Dama Verde”. El desfile carnavalesco de las fiestas del
pueblo es uno de los momentos más notables del carácter esperpéntico de la
narración.
El “puticlub” y sobre todo, su dueño y
director, Ernesto, despiertan odios y pasiones ancestrales en distintos niveles
de la sociedad losantesca. Anselmo y su nuevo amigo, el jubilado Elpidio,
intentarán investigar algo sobre los sucesos que van a ir jalonándose a lo
largo del caluroso verano: un asesinato, dos intentos de homicidio, personajes
que no son lo que parecen y personas que quieren ser distintas a lo que han
sido hasta ahora, celos, amores, odios fraternos y deseos irrefrenables. Todo
ello tiene al lector entretenidísimo, procurando adivinar quién es el asesino,
y a la vez, tratando de entender el galimatías de las relaciones del pueblo.
Elena Casero cuenta con prosa fluida y muy
realista, en narración directa y desde
el punto de vista de Anselmo, todo un anecdotario popular, en clave de humor
pero lanzando de vez en cuando dardos contra las lacras sociales que sufrimos,
aunque no vivamos en su imaginario pueblito. Renacerán antiguos amores,
surgirán nuevos, y la pareja formada por Anselmo y Celia vivirán días que no
olvidarán, en el calor de ese largo y atribulado verano. En suma, un relato
divertido, agridulce en algunos tramos, muy divertido y lleno de retranca en
otros, entretenido en su totalidad.
Ariodante