DOLORES GARCÍA
Editorial Versátil, 2015
En nuestras manos tenemos una novela cuya trama es una complicada malla,
tejida e hilvanada con primor y dulzura. O mas bien, amasada y cocinada con
amor. Como esos algodones de azúcar que venden en las ferias, donde el dulce y
blanco elemento pasa a convertirse en una nube vaporosa que se enreda alrededor
de un palillo y que degustamos con placer. Sin embargo, el título no debe
inducirnos a error. No se trata de una acaramelada historia, si bien hay
caramelos en ella. Es una narración dramática, terrible en algunos momentos,
dulce en otros, pero de fuerte contextura y muy bien entrelazada. Novela coral,
aunque girando sobre un eje: la vida de Inés Belmonte, una mujer de gran fuerza
moral, que se ha de enfrentar a los embates de la vida y afrontarlos con pie
firme y mano de hierro. Rodeada de un enjambre de personajes de todos los
colores, unos ingenuos, otros mezquinos, otros claramente aprovechados y malvados,
pero todos verosímiles. Unos dulces y otros amargos. Porque la vida está llena
de contrastes y los momentos de felicidad, si existen, son siempre breves y
acaban.
Inés Belmonte ha construido su propia vida, “su propia melodía” en palabras
de la protagonista. “Una melodía que he ido enriqueciendo con cada anhelo, cada
vivencia, con cada uno de mis pensamientos y emociones.” (pág. 474) Y para
componer esa melodía, nota a nota, ha tenido que hacer de tripas corazón en
muchas ocasiones. Me recuerda a personajes como Mildred Pierce, la heroína de
la novela homónima de James M. Cain, también llevada a la televisión.
Personajes femeninos que han sabido salir adelante en una vida llena de adversidades.
Cierto que, como la misma protagonista reconoce en sus memorias, el destino tiene un papel muy importante en
la vida de las personas. Pero es la manera de adaptarnos a lo que nos va
sucediendo, lo que no podemos evitar y nos cae de golpe, la manera de torearlo
o de afrontarlo es lo que hace de nosotros los protagonistas o los cautivos de
nuestra propia vida. Esta es una de las ideas centrales que subyacen en esta
narración. Inés elige el amargo protagonismo; Mercedes y Encarna eligen el
dulce cautiverio.
Hay muchas clases de amor en esta narración: algunos, sin esperanza, como
Don Hipólito, como Delbrel, como Julián, incluso como el propio Eduardo, al
principio. Otros apasionados como Humbert y Eduardo, después. Amores de madre,
que ven en el hijo la reencarnación del padre desaparecido y le pasan por alto
los desplantes; amores de circunstancia, como el de Mercedes y Cipriano; amor
filial, como el que Daniel profesa a su madre Mercedes; amores desencantados…y
odios desaforados, como el de Juana, el de Roberto, el de Matías, que parece ser
el malvado más malo de esta historia.
Y toda esa maraña de amores y desamores está íntimamente trabada con la
historia real, con la realidad de una época y de una ciudad, Melilla, cuyo
protagonismo es de gran importancia. La autora rinde un sentido homenaje a su
ciudad natal en estas páginas. Memorable es, asimismo, la narración de la
guerra del Rif y el desastre de Annual. Porque no solo es la narración de los
hechos sino también los orígenes de tal situación y la posición que ocupaba
Melilla en los movimientos políticos y militares de la región norteafricana.
Por medio de la participación indirecta en la historia, se nos revelan detalles
terribles y otros que conoceremos al final del libro y que explican partes que
quedaron en sombra.
Combina la novela dos tramas: una contemporánea, contada por un narrador
omnisciente, comprende una intriga política y judicial que finalmente confluirá
en la reconstrucción familiar del pasado común donde el comandante Fonseca y el
juez Prieto, buscando un documento cuya ausencia puede generar un grave
conflicto territorial, van descubriendo distintos indicios que les llevan a la
protagonista principal, cuyas memorias ocupan la parte central de la narración,
dando un salto en el tiempo y retrotrayéndonos al comienzo del siglo hasta su
mitad. La otra trama, contada en primera persona, la constituyen, por un lado,
los recuerdos de Mercedes, y por otro, las propias memorias de Inés, su tía. Y en menor medida, lo que Encarna le cuenta a
su hijo Jorge Prieto, una vez que este ha leído las memorias.
La parte central de la novela recrea la guerra del Rif y considero que es
la parte más atractiva, y con más fuerza por la tensión y emoción contenida en
ella, además de la recreación de aquellos terribles días que acabaron en la
matanza de Annual. El ritmo de la novela en general tiene ciertos altibajos, aunque
conforme se avanza en la lectura el tempo
se hace más rápido. Si hubiera que encontrarle puntos negativos, uno de ellos sería
la excesiva cantidad de personajes, que en algunos momentos resulta algo
confusa (aunque para soslayarlo, la autora ha incluido un índice de personajes)
y otro, que el nexo de unión dentro del
conjunto, pudiera tomarse en ciertos personajes como excesivamente forzado. En
esta narración todo concuerda, mientras que en la vida hay siempre cosas que
uno es incapaz de comprender o no se encuentra la explicación. No obstante,
estamos ante una ficción. Y en conjunto, es una ficción interesante,
apasionada, entretenida y que cumple con sus objetivos más generales: contar
una historia ambientada en Melilla, recreando lugares reales y hechos
históricos que componen un fresco muy especial. Y desarrollar unos personajes
centrales muy fuertes, atractivos, combinando la dulzura del azúcar y el
amargor de la hiel.
Dolores García
Ruiz nació en Melilla (España) en 1964, donde pasó su primera infancia. A los
nueve años se trasladó a Valencia, donde actualmente reside. Nacer en África y
haber entrado en contacto directo con diferentes culturas y religiones ha
marcado su evolución personal y espiritual hacia la búsqueda de lo más genuino
que encierra todo ser humano. Cursó estudios de Derecho por la UNED, es Correctora
Profesional de Edición y Profesora de español para extranjeros. Actualmente,
combina su actividad literaria con su puesto en la Administración de Justicia.
Es autora de novelas, ensayos y relatos cortos. Ha colaborado en diversos
programas de radio y televisión y ha publicado artículos en revistas culturales
de prestigio. Asimismo, ha impartido charlas y conferencias sobre Leonardo Da
Vinci en las principales capitales españolas.
Ariodante
2015