SUE GRAFTON
Tusquets, 2005
Novela inscrita en la serie “novelas del alfabeto” colección
de novelas de misterio cronológicas,
que siguen el orden alfabético en sus títulos, cuya novedad es que el detective
que las protagoniza no es un hombre, como suele ser habitual, sino una mujer,
una investigadora privada, Kinsey Millhone, cuyas aventuras tienen por base la
ciudad ficticia de Santa Teresa. Grafton eligió ese nombre como homenaje a las
ciudad imaginaria de Ross Macdonald, un simulacro de Santa Bárbara, California.
La autora comienza a escribir y publicar la serie
en 1982, año en el que coincide la acción del primer libro, y se extiende hasta
2013 en el que publica el correspondiente a "W". Sin embargo, tiempo
de la serie transcurre más lentamente
que el real, por ejemplo, el correspondiente a la "Q" tiene lugar en
1987, y su publicación es de 2002.
Suponen estos años una época de expansión del
fenómeno inmobiliario y de los grandes negocios (no del todo legales)
financieros donde grandes ganancias procedentes de origen delictivo se
blanquean en negocios legales. También son los años en los que los ordenadores
están en sus inicios, lo cual implica que solo se usan en las empresas, aun no
se ha extendido el fenómeno del PC. Tampoco existen los teléfonos móviles, que
tanto cambiarán las comunicaciones, y por supuesto, no existe internet. Todo
esto nos transporta ya a una situación muy diferente a la actual, pese a que
haga relativamente pocos años de estos fenómenos.
Lo novedoso, insisto, de las obras de Grafton es,
en principio, que su protagonista es femenino, cosa que actualmente ya se ha
generalizado en casi todas las novelas, incluidas las históricas, y se ve como
habitual. Pero cuando Grafton comenzó la serie, esto no era lo usual en el
género policiaco. Su protagonista, Kinsey, es una treintañera, no especialmente
guapa ni llamativa, con tendencia al desorden en su vida privada, lo que la
lleva por sucesivos divorcios y conflictos amorosos, y que se dedica a la
investigación privada como si hiciera la comida. Es decir, es un personaje muy
natural, muy fácil de atrapar al lector y sobre todo, a la lectora femenina, ya
que Kinsey ha de hacer la compra, resolver qué hace con la ropa, cómo organizar
su apartamento, y tratar de sobrellevar sus desastres emocionales como
cualquier hijo de vecino.
Kinsey corre todos los días para mantenerse en
forma y quemar el exceso de calorías que consume en el restaurante de su amiga
Rosie y en el McDonald's. Viste informal: la ropa no le interesa especialmente.
Vive en un pequeño estudio de dos plantas en el garaje de su vecino, un jubilado octogenario, Henry. Conduce un
Volkswagen Escarabajo, que últimamente cambiará por un Mustang Grabber azul.
En "R de rebelde" el protagonismo lo
comparte con Reba, una ex presidiaria, hija de un potentado, que parece haber nacido para meterse en
problemas. Por alguna razón, la investigadora Kinsey crea cierta complicidad
con la persona a quien ha de vigilar, o sea, con Reba Rafferty. Y a lo largo de
la historia hay un mano a mano en el que la propia Reba, que se nos presenta
como inestable y autodestructiva,
resulta de una lucidez mayor que la propia Kinsey.
Paralelamente a su investigación, la autora muestra
la deplorable vida social de Kinsey en su barrio, vida social que se limita al
octogenario Harry, y a las habituales visitas alimenticias y de ocio al bar de
Rosie, y de vez en cuando una relación esporádica que no suele acabar bien.
Pero en esta ocasión se introduce otro personaje, un policía que Kinsey conoce
ya hace algunos años pero con el que apenas ha tenido contacto antes. Ahora lo
tendrá. Hay toda una serie de personajes secundarios que dan color y tinte
local a la historia.
La investigación parte -como es habitual en el
género- de un encargo: debe recoger a Reba Rafferty al salir de la prisión en
libertad condicional y hacer de niñera por unos días hasta que su vida se vaya
normalizando. Todo parece seguir su curso, pero una vez cumplido su papel, las
cosas se tuercen. Reba sigue siendo conflictiva y tiene encuentros
problemáticos, recurriendo a Kinsey. Por otra parte, al policía también está
interesada en Reba por la información que les puede transmitir sobre terceras
personas. Y a partir de ahí, la historia se complica, y el ritmo aumenta hasta
un final inesperado y que deja sin
resuello al lector.
En suma, una novela muy entretenida, contada en un
lenguaje muy cotidiano, llano y sencillo, y con unas situaciones bastante
creíbles para la época y el lugar. Deja buen sabor de boca y ganas de leer más
historias de la serie.
Sue
Taylor Grafton (Louisville,
Kentucky, 24 de abril de 1940) es una escritora estadounidense, autora de
novelas de detectives. Hija del novelista C. W. Grafton, se graduó en la
Universidad de Louisville, donde obtuvo su título en Literatura inglesa. Además
de sus libros, ha escrito para la televisión y para el cine. Algunas de estas
obras son en colaboración con su marido, Steven Humphrey. En 2004, Grafton
recibió el Premio Literario Ross Macdonald.
ARIODANTE