(Sweet
Tooth, 2012)
IAN McEWAN
Anagrama, 2015
Magnífico entramado en el que el autor
juega con el lector, introduciéndole en una historia que a su vez contiene
otras historias más breves, pero cuya relación con el tema principal es
evidente.
No es exactamente lo que entendemos por
una novela de espías…pero los hay. Tampoco es lo que entendemos por una
historia de amor, aunque también lo es. Es un juego de relaciones y de
intereses, ambientado en una época explosiva: muy conflictiva en Inglaterra y
en otras partes del mundo, también. 1972-73. Aún coleaba la guerra fría, el
muro de Berlín seguía en pie, Vietnam
estaba en plena efervescencia, la OPEP ponía el grito en el cielo con el tema
del precio del crudo, en Israel se desarrollaba la guerra del Yom Kippur, en Estados
Unidos comenzó el proceso Watergate, y el IRA tenía en vilo a los británicos
día sí, día no.
La protagonista, Serena Frome, narra la
historia desde una edad ya madura. Brevemente pasa por su infancia y su
adolescencia, situándonos al término de sus estudios en Cambridge, cuando a
raíz de una relación con un hombre mayor es reclutada para trabajar en el MI5, la
inteligencia británica para el interior. El plan consistía en crear fundaciones
para apoyar jóvenes escritores que defendieran la causa de Occidente, en un
momento en el que la juventud estaba fuertemente influenciada por el
anticapitalismo, los movimientos de izquierda más o menos radicales, y la
ingenua admiración del mundo soviético.
Serena es una lectora compulsiva, y sus
conocimientos literarios son utilizados por sus jefes para proponerle una
misión.
Pero si bien su trabajo la lleva a leer
todas las obras de un determinado escritor que es propuesto por la Fundación,
una vez que entra en contacto con él cae rendida en sus brazos. De hecho,
Serena ya había entrado y salido de los brazos de un compañero de Cambridge,
después de un maduro profesor, más tarde
hay otro intento de relación con un compañero de trabajo, y finalmente se
enamora de Tom Haley, el escritor al que el MI5 pretende fichar para sus fines
propagandísticos.
La relación con Tom es profunda, pero
Serena sufre la contradicción del continuo engaño a que se presta para hacer su
trabajo.
McEwan juega con las contradicciones de
los personajes, sus lealtades y traiciones, el complejo de culpabilidad que
arrastra Serena y las conflictivas relaciones con su familia, con su amiga
Shirley, y en general, con los hombres: Canning, Max, y Tom. Sitúa muy bien –
el autor lo ha vivido personalmente- a los personajes en esos años donde el
mundo musical pop-rock, el pacifismo hippie, la minifalda y las melenas largas
se enmarcan en un espacio político y económico
conflictivo que les agobia y les supera.
Serena, la protagonista, saldrá de aquello
un tanto trasquilada, pero sobrevivirá para contarlo. O al menos, eso es lo que
el autor nos hace creer en un principio, hasta que seguimos leyendo.
Interesante, entretenida, de lectura fácil
y buena construcción de la trama.
Fuensanta Niñirola
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