John Thomas and Lady Jane, 1927
D.H. LAWRENCE
Traducción de G. Gómez Montoro y Max Lacruz
Postfacio de G. Gómez Montoro
Ed. Funambulista, 2013
Escrita
en una época en la que aún quedaban restos del victorianismo decimonónico, el mismo hecho de auto censurarse y
reescribir la historia tres veces, ya dice mucho de los temores del autor y de
la acogida del publico. Historia ampliamente conocida de una pasión amorosa que
salta las convenciones y rompe moldes sociales, es esta una versión diferente
de El amante de Lady Chatterley; segunda de las tres versiones que escribió,
fue publicada en italiano en 1954, antes incluso de su publicación en inglés,
que no vio la luz hasta 1972. El autor escribió un primer intento, en 1926, un
segundo en 1927, que es el que hoy nos ocupa, y un tercero, en 1928. Esta
última versión es la que hemos conocido en España, pero que no pudo publicarse
íntegra en Inglaterra hasta 1960.
La
versión que se muestra al público en esta edición no solo es más larga, sino
que cambia el enfoque, haciendo más fuerte el impacto moral/social en el
lector. El tema es el amor físico y sensual entre una dama y un hombre rudo,
tosco, que habla en un retorcido dialecto (cosa a la que los británicos dan una
importancia enorme), que vive separado de su mujer y su hija, …pero que
sexualmente está bien dotado. La Bella y la Bestia. La dama, por otra parte,
tiene la desgracia de estar casada con un hombre que, a pesar de su educación y
clase, es un lisiado: vuelve de la guerra con la mitad inferior de su cuerpo
paralizada, y con una alta dosis de resentimiento, que vuelca en los que le
rodean, principalmente en su joven esposa, que prácticamente no ha tenido
ocasión de conocer el amor físico, y cuyos deseos de maternidad se ven
truncados con el problema de su esposo. Este problema, que hoy en día
probablemente se enfocaría de modo muy distinto, en la época que lo escribió
Lawrence, era insalvable. El divorcio hubiera estado muy mal visto, y la adopción ni se contemplaba.
A
pesar de que Lawrence envuelve toda la narración en un celofán
filosófico-ideológico, (en mi opinión, excesivo y a veces aburrido) el tema era
realmente explosivo en su momento. Y no solo por el sexo explícito, ya que no
era el primero ni sería el último que lo hiciera, sino, y a mi entender lo más
importante, por el brutal choque que supone que una mujer de la aristocracia
copule con un hombre de la más baja extracción social: un ex minero, un
guardabosques. Para la Inglaterra de la época, este hecho era mucho más grave
que el mostrar el acto sexual, físico.
Por
decirlo con un símil: para un británico, la relación física entre dos clases
sociales antagónicas era equivalente, a esa misma relación entre una mujer
blanca y un hombre negro para un norteamericano. Y remarco: en ambos casos, se
trata de una mujer de la clase privilegiada y un hombre de clase baja , y no al
revés. Los hombres, tanto blancos como aristócratas, podían relacionarse
sexualmente con mujeres de clases inferiores o con mujeres negras. Esto estaba
socialmente tolerado, aunque moralmente no se aceptase, pero si se llevaba con
discreción, se toleraba. Pero una mujer no podía, bajo ningún concepto,
relacionarse físicamente con alguien de distinto nivel social.
En
esta segunda versión hay unas variaciones respecto a la tercera, como Gómez
Montoro destaca en su postfacio: el personaje del guardabosques, que aquí se
llama Oliver Parkin (en vez de Oliver Mellors),
es un ex minero, huraño, hastiado de la sociedad y abandonado por su
esposa, que prefiere la vida en la naturaleza, lejos de la sociedad, una vida
independiente y libre. Pero es un personaje mucho más bajo socialmente y
vulgar, que habla una especie de jerga, a diferencia del Oliver Mellors de la
siguiente versión, que es un ex oficial del ejército colonial y que supone un
origen social superior.
Otra
diferencia destacable en esta versión: hay más acción que en la anterior, donde
se teoriza demasiado, probablemente tratando de justificar la acción. No es que
en esta no se teorice, que también, pero hay más acción directa, y la
naturaleza interviene como un personaje más, impregnándolo todo de un bucolismo
sensual. Los enfrentamientos de clase están a flor de piel, vibrantes. La
decadencia de la aristocracia y la emergencia de las clases bajas es patente y
continuamente aludida. El personaje de la enfermera, asimismo, pasa de ser una
mujer malvada y rencorosa a ser asimilada poco a poco a la clase con la que va
a convivir. Su relación con Sir Clifford no se muestra como retorcida, sino
paulatinamente amable. En cuanto al esposo, en esta versión Sir Clifford está más
dominado por su deseo de poder y de levantar su propiedad que por perversiones
y vicios. No le importa lo que haga su esposa, con tal de que no perjudique su
posición y patrimonio, con tal de que siempre esté allí, cumpliendo su papel de consorte.
En
todo este juego de relaciones, se trasluce la propia vida y cosmovisión de
Lawrence; sus orígenes, la relación
dispar entre sus padres y entre él mismo con Frieda; además, la idea que
contantemente se deja caer en la narración,
la de un sueño bucólico, la vida en una granja aislada y lejos de la
sociedad, cosa que Lawrence también intentó en Nuevo México.
La
edición y traducción, impecables; los traductores han plasmado las expresiones
dialectales en otras equivalentes en español, más o menos, y puestas en
cursiva. Queda así destacado el contraste entre los dos discursos, tema que era
muy caro a los lectores británicos, que marcan mucho las diferencias de clase por
las diferencias de dicción. Aún así, el texto sigue pleno de digresiones
teórico-filosóficas que se hacen un poco repetitivas y quizás esas partes sean
las que hayan soportado peor el paso del tiempo. Las escenas de sexo, sin embargo, están totalmente
integradas en la narración, siendo tiernas y en absoluto vulgares o agresivas,
vistas desde una óptica actual.
En
suma: es una buena idea mostrarnos esta obra en una versión que probablemente
sea más cercana a la idea original del autor.
David Herbert Lawrence (Eastwood,
Inglaterra,1885-Vence, Francia, 1930) fue un escritor británico. Cuarto hijo de
un minero casi analfabeto y aficionado a la bebida, y de una antigua maestra, amante de la cultura, la
diferencia cultural entre sus padres fue un elemento clave en la psicología de
Lawrence, quien sufrió en su niñez el enfrentamiento habitual entre sus
progenitores.
Tras un tiempo trabajando
en la mina, se graduó con beca en la Universidad de Nottingham en 1908, tres
años más tarde publicó su primera novela, El pavo blanco. En 1912
apareció El merodeador, que causó un gran escándalo por la minuciosa
descripción de escenas de sexo, aspecto que caracterizaría sus obras y que le
supondría numerosos problemas con la censura y la moral de la época. Durante
unos años se dedicó a la enseñanza en la escuela Davidson Road. En 1912 inició
una relación sentimental con Frieda von Richtofen, casada con profesor E.
Weekley y pariente del famoso piloto conocido como el Barón Rojo. Frieda abandonó a su esposo e hijos para convivir con
el joven escritor en Bavaria y casarse después, en 1914. Residiendo aún en
Inglaterra, Lawrence publicó El arco iris
(1915), su primer libro en ser censurado por obscenidad sexual. Lawrence se
trasladó a Taormina, Italia, lugar en donde escribió La niña perdida (1920), texto que vuelve a incidir en los vínculos
amorosos entre personas de distinta índole social. En la década de los veinte viajó por Australia, Asia,
Estados Unidos y Europa. Asentado de nuevo en Italia, cerca de Florencia,
escribió las distintas versiones de El
amante de Lady Chatterley. Lawrence
falleció a causa de la tuberculosis en 1930 con 44 años.
Ariodante