MIL AÑOS DESPUÉS
CELIA CORREA
GÓNGORA
Bohodón Ediciones,
2013
Es este un
conjunto muy variado de relatos, cuentos, y sobre todo, microrrelatos e incluso
aforismos, o como tales podríamos llamar a algunos de los textos que se nos
presentan en este libro.
Carente de un tema
común, pero no de un lenguaje y un clima, ese aire de familia que hace que
reconozcamos la misma mano en unos y otros.
Sin embargo, es justamente esa disparidad de temas, lo que resulta tan
agradable de leer; trasporta al lector a distintos mundos, a distintas
situaciones, nos mueve a través de los siglos, juega con la mitología, y sobre
todo, llega a una profundidad emotiva que es admirable. Despliega una gran
sensibilidad, utilizando el lenguaje de modo exquisito. Roza la poesía y lo sublime
en algunos textos. Lectura para disfrutar en momentos de soledad, pocos de los
textos dejan indiferentes. Pocos, muy pocos son los que olvidamos. Porque todos
consiguen conectar con un rinconcito de nuestra alma.
No llegan a diez
los relatos propiamente, solo hay uno un poco más largo que los demás, pero
donde consigue verdaderamente impresionar –y en mi opinión es justamente lo más
difícil- es en el microrrelato, que a veces roza el aforismo, la paradoja, o la
metáfora.
En «El universo de
Zobeida», nos hace sentir la pena de la separación; en «Sal marina», la
tristeza del que se queda; «El despertar de un sueño», recrea los últimos
momentos de una heroína histórica granadina; en «Pasiones» admiramos la emoción
de la Madre que busca, y encuentra, a su Hijo; «Hieles y mieles» es el relato más largo y
terrible, en que Aixa La Horra rememora su desgraciada vida ante Boabdil;
«Penélope y un mar de mentiras» casi evoca a Cunqueiro, además de al héroe
griego y su paciente esposa; «Casi antesdeayer» es un relato contemporáneo,
donde la dura realidad se impone; «Rescoldos sobre el asfalto» es una terrible
pero emocionante reflexión sobre la vejez; «Tiempo muerto», un relato
desolador, tremendo, y sin embargo con un punto que nos impacta; los
microrrelatos «El anfitrión», «Tres
veces Julia», «Indicios de humo», «Nostalgia de espectro» o las penas de un
fantasma; «La mecedora», «Panteón familiar» y «Mantis», aforismos paradójicos
pero de gran contenido poético; «Pájaro de ceniza», soñador de altos vuelos; «A
contraluz», y «No despertará», dos textos con ecos surrealistas; «Papel mojado»,
delicioso homenaje a Garcilaso… y otros
muchos, hasta 24.
En suma, un libro
de alto contenido poético y emotivo, de delicada prosa bien escrita y de gran concisión,
lo cual es mucho más meritorio, por cuanto que es francamente difícil que un
brevísimo texto concentre en sí mismo toda la fuerza connotadora de
significados y emociones suficiente para lanzar cargas de profundidad en el
lector.
Celia Correa Góngora nace y vive en Granada, en cuyo ayuntamiento ha
trabajado como funcionaria durante veinte años. Autora de dos novelas, Cuentos para la vida (1982) y El don del aire(1984); asimismo ha
publicado relatos en múltiples antologías desde 2004 a 2010. Sus textos han
aparecido en diversas publicaciones y revistas. Ha obtenido varios premios
literarios, y actualmente es vocal de Cultura en el Centro Artístico Literario
y Científico de Granada.
Ariodante
Nov. 2013